domingo, 31 de mayo de 2015

AVANCE NOVELA: " Yo soy mi hermano"

 CAPÍTULO 0 Y CAPÍTULO 1 
DE LA NOVELA " YO SOY MI HERMANO" . PUBLICADA EN EL MES DE ABRIL.TIENE 110 PÁGINAS. ES DE LECTURA APARENTEMENTE LIGERA YA QUE HAY QUE PRESTAR ESPECIAL ATENCIÓN A LAS FECHAS. PARA TODOS LOS PÚBLICOS. SU PRECIO ES DE 10 EUROS  SIN GASTOS DE ENVÍO. INFORMACIÓN CORREO ELECTRÓNICO . TAMBIEN VENTA EN LIBRERIAS DE GUADALAJARA Y ALCALÁ DE HENARES ( MADRID).


YO SOY MI
HERMANO



JOSE IGNACIO MORENO



Yo soy mi hermano (Santorcaz, 2011) es una novela escrita con el corazón. El autor imagina un universo diferente donde se encuentran e interactúan los vivos y los fallecidos. Cuenta a su manera, mágica y esperanzadora los misterios del inframundo. El protagonista atraviesa el Universo y van encontrándose con sus familiares, excepto con su hermano. Prosa cuyos primer y último capítulos son poesía.
Este relato debe leerse solamente si se compromete a ser el ILUSTRADOR del mismo.
Cuándo salga un cuadro así                                                                   

Debe dibujar o pintar lo primero que se le ocurra para ilustrar  el relato, vale cualquier cosa. Todo lo que se dibuje estará perfecto.

CAPITULO 0
POR SI ACASO MAÑANA MUERO
Por si acaso mañana muero
que no quede todo en un agujero
si antes que mi madre os dejo
sólo una cosa deseo
que la cuiden, la mimen,
como si yo no estuviera lejos.
Nada en vida quiero
solo si yo muero
cuiden de lo más grande
que todos tenemos.
Quien lo sienta, quien quiera
que la protejan
que de pena no muera
que sea feliz, que cuide de sus nietas
a todos os enseñará a vivir
de Amor es una enciclopedia.
No te preocupes madre,
todo tiene su recompensa.
Te ayudarán, quién quiera, quién lo sienta.
Esperemos que esto no sea, que disfrutes,
te rías, no sufras y yo lo vea.
Cuando muera, mi cuerpo entero
con parte de las cenizas de mi padre,
mi madre y mi hermano pequeño.
El día de mi entierro
que no me expongan
que nadie muerto me vea
que pongan una foto
alegre divertida
a ver si la gente de risa se mea.
Mis cuadros ahí se pueden mostrar
mi última exposición
me  encantaría,
ilusiones de muerte,
nacimiento de vida.
CAPITULO 1
EL MUNDO BLANCO
Siempre fui un niño, hasta el día de mi muerte  el 27 de mayo de 2012.
Ese día estaba solo, no pude hacer nada, por un momento me costaba respirar. La cabeza crujió y  sentía presión en los oídos que iba cada vez a más. Sentí un gran dolor en el pecho, que era insoportable.En tres segundos ese dolor desapareció.  Intentaba leer las inscripciones del bote del azúcar, no conseguía descifrar esas letras que me parecían muy extrañas, pero a las vez bonitas; no conseguía leer lo que ponía pero me parecían unos trazos preciosos. Por un momento mi cerebro pensaba que pasaba algo, se ponía en alerta pero seguidamente sentía un placer inmenso; estaba agusto y decidí seguir observando los trazos del bote. Al instante sonó la alarma interna que me decía que me estaba dando un infarto o ictus o yo que sé pero debía buscar ayuda. Me fui hacia el teléfono podía andar perfectamente. Iba a marcar y otra vez no entendía la grafía de esos números. De repente…
Todo se quedó en silencio, ya no sentía nada, no veía, no oía, no podía moverme; pero si podía pensar… Me quedé como dormido.
Cuando desperté  mi casa estaba llena de gente: mi familia, algún amigo, médicos…
Seguía sin poder moverme, me cerraron los ojos,  había muerto.
Era curioso con los ojos cerrados seguía viendo, y podía  hablar. Pero nadie lo escuchaba.
Vino el juez para levantar mi cadáver.
Mi madre no podía aguantar las lágrimas, fuí a abrazarla y no pude.
¡¿Qué cojones pasaba?! ¡Estaba muerto de verdad!
Según el poema se hizo el entierro. Maravilloso. Hasta muerto conseguía lo que queria.
Hubo mucha gente, de todos los lados. Todo pasó y yo estaba intrigadísimo con esta nueva ¿vida? que me tocaba vivir.
Echaba de menos todo lo que hacía en vida, echaba de menos a toda la gente que ha formado parte de mi camino.
Después del entierro todo lo que veía y oía desapareció. Se quedó todo de color blanco, como una habitación gigante, ya no había personas, ni árboles, ni casas, ni nada. Todo había desaparecido. Todo era blanco.
Estuve andando como un loco, no encontraba nada, ni comida. La verdad es que no tenía sensación de hambre, ni de sed, ni calor, ni frío. Era  muy  extraño.
Seguí andando creo que días y días. No había ni tiempo ni espacio. Mi cabeza solo daba vueltas a lo que había dejado en vida. Mi madre, mi familia, mis amigos, la cantidad de cosas que se pueden hacer en vida para gozar y disfrutar.
Pasé un tiempo largo, muy largo, pensando y pensando. Lloré todo lo que no había llorado nunca. Gritaba al cielo, o al suelo o yo que sé, era todo blanco.
No descansaba ni muerto, ¡era increíble!
Estuve a punto de volverme loco, quería descansar, ya para siempre.  No podía tirarme por un barranco ¡porque no había! No podía clavarme un cuchillo porque tampoco había. Además mi cuerpo lo veía, pero no lo sentía, no podía tocarme, ni escupir, no tenía saliva.
Creí que no lo aguantaría pero ¡si ya estaba muerto! Intenté evadirme un poco dejar de pensar en lo que quedó atrás, en todo lo que podía haber hecho en vida.
Poco a poco andando sin parar por el mundo blanco, empecé a sentirme mejor a afrontar lo que ya había pasado, y me empezaron las ganas de investigar. Algo tenía que haber en el mundo blanco.
Seguí  andando, no hay árboles, no hay nada, ¡que rayada! Y no se lo puedo contar a nadie.

A unos metros, tendida en el aire, una guitarra española, ¡por fin algo nuevo!
Grité: – ¿Hay alguien? ¿De quién es la guitarra?
Nadie contestaba.
Me senté, cogí la guitarra y me puse a tocar lo poco que sabía en vida. La verdad que era increíble, sonaba muy bien.
Cerré los ojos y empecé a sentirme vivo, ¡qué placer!
“Enamorao de la vida aunque a veces duela, enamorao de la vida aunque a veces duela, si tengo frío busco candela,..”
Abrí los ojos y… bajonazo.
Debía seguir caminando y por un momento pensé en llevarme la guitarra, pero de alguien sería. A si que la dejé en su lugar y me fui.
A lo lejos, se apreciaba un caballete con un lienzo en blanco. Un lienzo gigante, con muchas pinturas al lado.
Grité: – ¿Hay alguien? – Nadie contestaba. – ¿Puedo pintar, por favor?
Lo grité hasta nueve veces. Nadie contestaba. Me puse a pintar. No sé si estuve 5 días o 1 mes. ¡Qué gozada! ¡Era la ostia, impresionantes los  colores!
Cuando terminé el cuadro marché dejando todo allí.
Seguí caminando, – ¡coño un árbol! –
Había una anciana sentada en una silla al lado; tejiendo un jersey de lana.
– Disculpe señora  ¿Qué es todo esto? ¿Dónde estamos? ¿No se supone que estoy muerto? Tengo muchas dudas. Me he encontrado una guitarra, un lienzo y pinturas y a usted.
– Esto, chico, es el mundo blanco.
­– ¡Es evidente que es blanco! ¡No entiendo nada señora!
La señora dejó con lentitud el jersey de lana que estaba tejiendo y al frotarse la oreja izquierda con la misma mano, de repente se hicieron los colores, las formas y los sonidos. Estábamos en un bosque, precioso.
Se volvió a frotar la oreja y volvimos al mundo blanco.
– La vida son pruebas inconscientes una detrás de otra, tu has cumplido con éxito casi todas, por lo que tendrás el privilegio a partir de ahora de elegir estar en el mundo blanco o en la tierra. Has de saber que han transcurrido dos años desde tu muerte.
¡Qué subidón! Lo primero que hice fue frotarme la oreja e ir a ver a mi madre.
Entre en el salón, estaba jugando con sus nietas, se partía de risa. Me acerqué y pude apreciar su olor, que sensación más maravillosa.
Aguante la respiración unos segundos. ¡Qué placer! ¡Y qué raro!  Me alegré de que hubiese pasado tiempo y ver a mi madre contenta.
Me froté la oreja y volví al mundo blanco.
Tenía muchas preguntas en el aire. La mujer había desaparecido sólo quedaba el árbol, la silla y el jersey curiosamente terminado.
Me puse el jersey de lana y me fui.
Anduve unos 20 kilómetros o quien sabe.
Paré a descansar.
Se acercaron tres señoras.
SEÑORA 1: – Te venimos a explicar el mundo blanco. El eje central es el planeta vida. Tiene solapados cuatro mundos: el Rojo, el Negro, el Azul y el Blanco.
SEÑORA 2: – El Mundo Rojo está compuesto por la envidia, la maldad, la falsedad, la ira y el egoísmo. Es un mundo cerrado y se regenera cada 100 años, destruyéndose de forma autónoma y volviéndose a formar limpio de impurezas. Las personas que no han obrado con bondad regularmente caen en este mundo.
SEÑORA 3: – El Mundo Negro está compuesto por bondad (70%) y maldad (30%). Están las personas convencionales. En este mundo se descansa muy bien, sólo se ven estrellas. Es el retiro, tú puedes acceder  a él cuando quieras, ver a quien desees y regresar.
SEÑORA 1: – El Mundo Azul todavía está sin explorar, nadie ha logrado acceder a él. Alguno cuenta haber visto parte de su vida, como si fuera una película bajo un telón azul, pero nada más.
SEÑORA 2: – Ahora estamos en el Mundo Blanco, con sólo frotarte la oreja puedes ir a la Tierra y ver como está todo por allí. Al Mundo Negro también puedes acceder de la misma manera.
SEÑORA 3: – Con pensar en el Mundo Blanco y frotarte la oreja izquierda con tu mano izquierda volverás y si piensas en nosotras, nos encontrarás aquí.
Me quedé escuchándolas, sin entender apenas nada aunque intentando dar sentido a sus palabras.









CAPITULO 2
  PADRE Y MADRE

Sin dudarlo ni un segundo me fui donde se encontraba mi familia. Mis hermanos marchaban a sus casas. Mi madre se quedaba sola.
Se despidió alegremente de las nietas y nada más cerrar la puerta, el rostro le cambió.
Se puso a recoger la mesa, las migas, pasó la bayeta. Se preparó un poleo en la cocina. Se lo tomó mientras no se en que pensaba. Tenía la mirada perdida.
Me senté al lado de ella, la olí de nuevo, ¡Era maravilloso! ¡Parecía que estaba hasta vivo!
Cuánto la echaba de menos. Ojalá pudiera ayudarla, no la dejaría ni a sol ni a sombra.

No podía evitar abrazarla, lo necesitaba

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